domingo, 15 de marzo de 2009

Primeros indicios de la primavera

El silencioso cambio que a finales de diciembre empezó a ejercer la Tierra sobre su inclinación empieza a tener resultados sobre la vida de Bielefeld. El fenómeno aunque sea predecible, no deja de sorprenderme. Como otros procesos vitales y sociales como un nacimiento, una muerte o una boda, el casual encuentro con unas flores bajo un árbol simbolizaron ayer el inicio de un gran espectáculo: la primavera alemana. O lo que es lo mismo, el despertar de uno de los jardines más hermosos del mundo(*).

Y sin salirnos del tema transformaciones, hace 6 años que decidí estudiar en una Universidad. Se trata sin duda de uno de los pasos más importantes en mi vida. En este sentido, antes de venir a Alemania viendo un debate de TV3, un contertulio dijo en tono despectivo que hoy día “había demasiada gente en la Universidad y que cualquiera está ahí”. Por desgracia no todo el mundo tiene el privilegio de poder estudiar en la Universidad. Fue una lástima que estas declaraciones salieran sin una dura crítica por parte del resto de invitados/as. Sobre todo, cuando mi observación diaria me invita a decir que en España en comparación con Alemania no existe una variedad de personas tan elevada en las aulas.

En un mes empezamos otra vez las clases. Mientras tanto tengo bastante trabajo con los proyectos que comento en las otras entradas del blog. Aunque el sol sea una excepción, estar a 6 o 7 grados positivos es un placer tras el largo y riguroso invierno que dejamos atrás. Bielefeld se prepara para la primavera y vamos a disfrutarlo.

Abrazos,

Francesc.

(*) Se nota que he visto poco mundo ;)


- La foto corresponde al Sparrenburg, símbolo de Bielefeld

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